viernes, 18 de abril de 2008

MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS (Entrevista)

Teatro X la Identidad surge hace 8 años con una necesidad de manifestar el horror y la brutalidad que significan el delito de apropiación de bebés y de niños y la sustitución de sus identidades por parte de la dictadura militar. TXI busca que la sociedad tome conciencia de que todavía hay unos 500 chicos desaparecidos y deben recuperar su identidad.
Después de presenciar una clase de teatro de un sábado a la tarde, hablé con dos jóvenes de unos 20 años que participan en la obra y me cuentan cómo viven el hecho de involucrarse en un tema delicado en épocas del “no te metas”.


En la clase de teatro que presencié participaban unos 15 chicos que durante los primero 20 minutos parecían locos. Locos literalmente. Mientras una melodía rara sonaba a todo volumen, hablaban solos, estaban descalzos, se movían como personas que no parecían dar cuenta de sus extremidades, hacían círculos, gritaban, se arrastraban. Cada uno hacía lo que quería. Se descargaban. Y de eso se trataba: hacer cualquier cosa sin que nadie les diga nada. Eran libres.
Libertad que los padres arrestados en la dictadura militar de hace unos 30 años atrás querían para sus hijos, bebés que eran apropiados de sus familias y dados en adopción mayormente a familias de militares. Se les ocultaba su verdadera identidad durante toda su vida.
Esa libertad la tenemos ahora todos nosotros. Personalmente tenía la libertad de acercarme y hacer las preguntas que yo quisiera a personas que no conocía, aunque eso me ponía un poco nerviosa. Somos jóvenes que tenemos la oportunidad de hacer lo que queremos con el derecho de saber quiénes somos. Sebastián y Adrián lo tienen claro y decidieron hacerse cargo e involucrarse en proyectos para recordar que nuestra generación no debe ser propensa a pensar que no tenemos el poder para cambiar las cosas. Ellos participan en Teatro X la Identidad para hacer memoria a través del arte.
Cuéntenme quiénes son y a qué se dedican.
_Mi nombre es Sebastián Lestón, estudio Educación Física, toco la guitarra y hago teatro.
_Yo soy Adrián Yanes, por el momento trabajo en embarcaciones y hago teatro.

¿Cómo se decidieron a formar parte de TXI?
S: _De parte de mis viejos siempre me tuvieron informados sobre el tema, de cómo fue, de las cosas que pasaron. Yo no nací en esa época, no la viví pero al escuchar diferentes versiones, tanto las pro como las contra, me pareció que tenía la oportunidad de hacer memoria y estar metido en el tema sin haberlo vivido. Me resultó muy interesante participar.
A: _En mi caso empecé con un taller de teatro y surgió la propuesta de hacer TXI de la zona sur y me interesó la idea. Me empapé más sobre el tema porque mucho no sabía, sólo lo que te dicen en el colegio. Lo más crudo y la verdad lo sabes a partir de los testimonios.

¿Qué público se acerca a presenciar la obra? ¿Son jóvenes?
S: _En realidad no, viene a vernos gente más grande que estuvo en la época que tal vez por eso les llega más Les causa emoción o bronca porque eran cosas que habían vivido.

¿Les gustaría que se acerque gente más joven?
S: _Sí, porque sino la gente se olvida, no tienen idea de nada y puede pasar los mismo otra vez.
A: _En nuestra primera función, quitando a nuestros familiares, vinieron pocas personas. Pero después se acercó más gente que vivió esa realidad como también algunos chicos de nuestra edad. Estaría bueno que los chicos se acerquen para que, de alguna manera, se refresque la memoria y para los que no saben del tema decirles que nada es color de rosa, decirles la verdad de lo que pasó y que no hagan oídos sordos.

¿Sienten que de alguna manera están transformando algo?
A: _Mi objetivo es tratar de concientizar a la gente y transformar el pensamiento, ver las cosas de manera distinta y ver las cosas como son en realidad.

¿Qué piensan que hace falta para llegar a una transformación completa?
A: _Predisposición. Predisposición de parte de todos, tanto de los que nos vienen a ver como de los que no. La gente no tiene que venir pensando: Yo pienso así y no voy a cambiar. Tiene que venir expectante, como si no supiera nada y ahí se va a enterar de todo.
S: _Aunque hay gente que no le importa nada de lo que haya pasado y si vuelve a pasar no le correspondería quejarse.
A: _Creo que como argentinos se tendrían que ver obligados a saber un poco de historia y que a partir de ahí decidan cómo quieren opinar.

¿Entonces ustedes creen que aportan algo a esta transformación?
S: _Si, algo chiquito pero que empiece a generar preguntas. Que genere un ¿Qué pasó? Un ¿Por qué pasó?

La coordinadora Gimena Campos me contó que hay proyectos nuevos para fin de año con respecto a TXI.
S: _Sí, pensamos que tal vez las obras de TXI son iguales, son muy artísticos pero no se dicen las cosas “de frente”. Yo pensaba que habría que expresar las cosas más directamente. Quizás son muy fuertes para decirlas o mostrarlas pero lo que observo es que la gente se fija más en lo artístico y se olvida del mensaje que queremos transmitir, así pierde el “realismo” de los hechos.
A: _Queremos agregar más cosas como si lo hubiésemos vivenciado. El nuevo proyecto se basa en lo mismo del año pasado pero más extenso, me refiero a agregar más escenas que ya estamos preparado. Este año tenemos más conocimientos nuevos entonces va a salir muchísimo mejor.

Ya en este momento empezaban a sonar los celulares y me di cuenta que la entrevista ya pedía el final pero no quería quedarme con una duda.
Esta es mi primera entrevista, lo habrán notado, y es un proceso de preparación, de nervios, de muchas cosas. ¿Ustedes qué sienten al ser entrevistados?
S: _Es raro, es la primera vez que me entrevistan.
A: _Claro, también es mi primera entrevista y espero que haya más.

Esta entrevista era la ideal como decía Andy Warhol porque duraba unos 15 minutos o más, pero tal vez sea una excusa para no afirmar mi incapacidad para recordar las preguntas que estaban anotadas en un pequeño cuaderno y no tuve tiempo de sacar. Y a pesar de que los chicos afirmaban que era la primera vez que eran entrevistados, los noté muy distendidos y muy seguros de lo que respondían. Después de despedirme y agradecerles me dicen: Poné que somos buenos actores y que somos pintones. Tal vez realmente piensan que el grabador Sony posee el poder de afirmar cosas con autoridad y veracidad. Y así es.
Aquí finalizaba la entrevista que me tomó semanas concertar y que me ponía muy nerviosa, y detrás de nosotros se encontraba una banda de reggae ensayando para un show que se desarrollaría en esta casa de cultura pocas horas después, lo que hacía que en mi grabador se escucharan nuestras voces que se forzaban tratando de ser más fuertes que la música en el momento que estábamos conversando. Lo mismo sucedía en los ’70s y ’80s, intentaban acallar las voces de los bebés apropiados ocultándoles su verdadera identidad, identidad que ahora, ya adultos, todavía sigue sin descubrir.

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