domingo, 14 de junio de 2009
AUNQUE A MUCHOS NO LES GUSTE
El periodista cuenta cómo es trabajar en Rolling Stone y cómo mezcla humor con el periodismo. Un periodismo “sin autocensura, miedos o facilismos”. ¿Será posible?
Parece que de tanto hablar de bandas con nombres raros y de atender a la prensa descuidamos el mundillo hollywoodense. Así fue como nos perdimos el momento exacto en el que el cuerpo de Jessica Simpson adquirió la forma de una bocha de mortadela. Fue un segundo: parpadeamos, y cuando volvimos a abrir los ojos la que antes era una rubia idiota pero apetecible se había convertido en el Ogro Fabbiani.
Así empieza Diego Mancusi una de sus notas más comentadas en Pop Life, blog que mantiene desde agosto de 2008 en la web de Rolling Stone. También trabaja como editor de la sección de discos de la revista La Mano y colabora en Crítica. Este muchacho de 29 años, con título de Técnico en Comunicación Social, pasó por diarios zonales de su Avellaneda natal, revistas técnicas (Gerencia Ambiental, Punto y Seguido, Ferias y Congresos) y la web de Clarín. Luego, ya dedicado a la música, entró en la revista Rolling Stone (marzo de 2004) y el sitio 10Música.com (2004-2008).
Trabajar en Rolling Stone es como el sueño del pibe para muchos chicos ¿Qué significa para vos trabajar allí?
Cuando deambulaba por sendos trabajos poco satisfactorios tenía una carpeta en mi computadora que decía “Rolling Stone”. Ahí guardaba las mejores cosas que escribía, pensando en mostrarlas en RS para poder entrar. Así que para mí también, Rolling fue un sueño en mis años de formación. Cuando entré vi que había mucha libertad para trabajar, mucha incentivación de la creatividad. En los años que trabajé para la edición en papel hice notas muy interesantes (la de Pearl Jam quizás sea mi entrevista más querida) y ahora que me pasé a la web la tarea es mucho menos periodística, pero me permite canalizar otra veta que me interesa: la de la ficción y el humor. Por lo demás, ser parte de la historia de Rolling Stone, aunque sea mínimamente, es muy gratificante.
¿Cómo es tu ritmo de trabajo?
Soy bastante disperso, a decir verdad. Y muy detallista, perfeccionista al extremo. Esa combinación hace que mi producción no sea demasiado voluminosa, pero al menos generalmente quedo conforme con los resultados. Pese a todo eso, cuando encuentro una idea no paro hasta verla plasmada.
¿Tenés alguna influencia a la hora de escribir?
Muchas, empezando por los históricos del periodismo de rock en la Argentina: Rosso, Kleiman, Bitar, Marchi y demás. También me fijo mucho en colegas más cercanos a mi generación, principalmente Pablo Plotkin. Pero además de eso hago lo posible porque se cuele en mi escritura algo de ciertos autores de ficción que me fascinan: Bukowski, Kerouac, Hunter Thompson, Henry Miller, Enrique Symns, Mark Twain, Woody Allen, Groucho Marx, etc. ¡Quizás algún día lo logre!
¿Consideras que haces un periodismo distinto?
No creo en la gente que se autodenomina “distinta”. Es una discusión rancia la del nuevo o el viejo periodismo. Tanta gente tan diferente se hizo cargo del mote que ya perdió razón de ser. Yo creo que primero, antes de pensar en “nuevo periodismo”, habría que abocarse a hacer periodismo, así, a secas. Es decir, exprimir al máximo los recursos de esta profesión, sin autocensuras, miedos o facilismos. Adaptándose, claro, a las nuevas formas y los nuevos medios, pero con la valentía y la intención disruptiva de, por ejemplo, los primeros años de Rolling Stone en Estados Unidos, o Lester Bangs, o el mismo Hunter Thompson. Mis modelos son esos y, una vez más, quizás algún día me acerque.
¿Tenés alguna autocrítica?
¡También muchas! La dispersión de la que te hablaba, en principio, que me impide poner en marcha algunos proyectos que me gustaría ver plasmados. Después, si reviso mi trayectoria encuentro varias: reseñas con más estrellas de las merecidas, notas que podría haber pensado mejor, etc. Pero si hablamos de mi trabajo actual, acepto todas las críticas y tengo plena consciencia de que me falta muchísimo por aprender, pero hago las cosas a consciencia y con absoluta libertad, así que no encuentro qué lamentar.
¿Qué diferencias existe entre los distintos medios en los que trabajas actualmente?
Son totalmente diferentes entre sí. La Mano es mensual, se trabaja con tiempos más prolongados y uno puede regodearse más en los textos, sin correr tanto detrás de los cierres (con excepciones, claro). Crítica es más urgente, por ser diario, pero tiene el encanto de lo inmediato. Y el blog que hago en Rolling es agotador: una idea por día, siempre tratando de mantener un estándar de calidad, pero a la vez es muy gratificante por el feedback y por esa cuestión de canalizar mi veta de “escritor”.
¿Te gustaría trabajar en radio o televisión actualmente? ¿O te sentís más cómodo en lo gráfico?
Hice radio y me gustó mucho, sin duda volvería. Por la tele no pasé y tengo mi curiosidad, pero no confío demasiado en mi histrionismo para enfrentar las cámaras.
¿Faltan periodistas que se animen a crear con las palabras y no se queden en un periodismo “tradicional”?
Periodistas que creen con las palabras, sin duda hay. Sucede que muchos suelen perecer ante la presión de los tiempos, o de las formas, o de los temas. Pero ejemplos de pluma y talento no escasean, aunque nunca vendrían mal algunos más. Lo que sí reclamo es menos autocensura y más provocación, no gratuita, pero sí a consciencia cuando la ocasión lo amerite. A veces hay que hacer enojar a la gente… ¡pero es tan difícil seguir después de eso!
¿Crees que las nuevas herramientas que proporciona Internet (blogs, flogs) sirven para poder modificar la realidad o hacer algo importante? ¿Se está utilizando con otros fines? ¿Son usados adecuadamente?
Todo modo de expresión sirve para modificar la realidad, aunque sea mínimamente. Recomendándote un disco en mi Facebook, por ejemplo, estoy contribuyendo a abrirte la búsqueda, a incentivarte el juicio crítico, a patear los límites. No hace falta escribir artículos sesudos en La Nación o detallados manifiestos políticos en Página 12 para “hacer el bien”: cada uno desde su lugar puede aportar, llegándole a 20 mil personas o a quince. El tema es cómo se usan esos medios, y sí, hay de todo por allí. Queda en el lector pensante decidir a quién le cree y a quién no, o qué hacer con la información que recibe.
¿Crees que lo que realizas se ajusta con lo que uno espera leer en un blog de una revista para gente joven?
Puedo decirte que es algo sobre lo que yo querría leer en la web de una revista de cultura joven. Sobre todo porque creo en el equilibrio: si Rolling Stone fuera en su totalidad (o al menos en su mayoría) como Pop Life, yo sería el primero en quejarme. Pero junto a mi blog está, por ejemplo, Apuntes Domésticos, donde Humphrey Inzillo recomienda increíbles shows de jazz. O Maxi Poter reseñando películas, o hablando de tecnología. Y más arriba, las noticias, donde pueden pasar los Jonas Brothers, pero también los Beatles, Bob Dylan o las mejores bandas nuevas. Mi trabajo es aportar la cuota de humor y tratar el mundillo frívolo con ironía rockera. No siento grandes culpas por ello, creo que todos nos divertimos bastante, y es la idea.
En el blog muchas personas comentan negativamente, ¿crees que hay cosas que la gente todavía no entiende? ¿Las personas tienen un pensamiento cerrado?
Varios factores intervienen en eso. Primero, que el comentarista de Internet tiende a enojarse y criticar antes de hacer cualquier otra cosa, es un fenómeno que alguien debería analizar alguna vez. Después, tengo clarísimo que mi trabajo no puede gustarle a todo el mundo, y acepto las críticas siempre y cuando tengan argumento detrás y el lector esté dispuesto a debatir racionalmente. Y por último está la mencionada cuestión del pensamiento cerrado, que afortunadamente se ve poco por mi blog, pero cuando aparece lo hace con muchas ganas (chequear los “incidentes” con los clubs de fans). Y un agregado: la gente que cree que RS sólo debe hablar de rock y “asuntos serios”, y no tolera la diversidad. Creo que son los que más me exasperan.
¿Sobre qué temas no escribirías?
Tengo pocos límites en cuanto al humor negro. Creo que casi cualquier tema se puede tratar con inteligencia y precaución. Los casos puntuales se analizan sobre la marcha.
¿Tuviste problemas con alguna publicación?
Nunca tuve problemas demasiado graves, sólo enojos pasajeros de músicos, o insultos en foros de fans.
¿Como periodista a dónde querés llegar? ¿Vas a publicar un libro?
Mi aspiración como periodista es poder trabajar tranquilo, disfrutando lo que escribo, eligiendo los temas que quiero tratar y con buena recepción de los lectores. No me importa demasiado en qué medio. En cuanto a lo demás, estoy preparando un libro con mis textos humorísticos, algunos de Pop Life y otros inéditos.
Alguna cosa más que quieras decir…
¡Muerte al falso metal!
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1 comentario:
escrubi algo tuyo rata! :D
ajaja q bueno es escribir por placer...
hoy sin falta me pongo a escribir algo a la noche
^^
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