sábado, 14 de junio de 2008

Sí al dolor

Sábado. Temprano en la mañana. Habla por teléfono y saca un turno. Desayuna, se baña, hace tiempo y sale a tomar el colectivo. Mientas lo espera fuma un cigarrillo. Ella nunca fuma a la mañana. Las manos le tiemblan. Nunca hizo lo que va a hacer. Toma el colectivo y ocupa el primer asiento que ve. Viaja 15 minutos. Se baja y camina al encuentro de lo desconocido. Sabe que va a sufrir pero continúa caminando. Entra al lugar. “¿Tenías turno?” le dice una señora. “Sí” responde y se acomoda en un silloncito. “Ya te atendemos, lo que pasa es que es sábado y viene más gente”. “No hay problema, yo espero”. Y espera.
Se escuchan ruidos que vienen de detrás de las cortinas. Zack! Golpe fugaz. Casi indoloro. Casi. La espera dura 30 minutos. Ve lámparas que intentan generar un estado de calma. Las miradas temblorosas de las otras chicas que también esperan sienten lo mismo que ella. “Pasá por acá”. “Está bien”. Pasa la cortina y la cierra. Se acuesta en una camilla muy usada boca arriba., semidesnuda. La luz le quema los ojos y los cierra. Siempre es mejor cerrarlos. Siente un olor que nunca había sentido antes, y siente como ese olor proviene de un tarro y escucha que revuelven el contenido. Escucha como golpea la cuchara con los bordes del tarro. Espera. Espera. Se incomoda. Quiere irse pero se queda. Piensa que lo hace para sorprender a su pareja. Espera. “Ahí vamos”. “Mmmm”. “Respirá profundo”. Zack! “¡Auch!” “Respirá profundo” Zack! “Auch!”“¿Falta mucho?” “Ja ja recién empezamos, todavía falta lo primordial”. “Mmmm”. Siente dolor durante minutos interminables. Todavía cree que los siente. Y las palabras salvadoras por fin llegan “Hemos concluido. Mirate, está hermosa”. “Es verdad, tal vez vuelva”, piensa. “Me siento más libre”, vuelve a pensar. “Gracias, muchas gracias”, le dice a la señora con una sonrisa. Se viste y sale atravesando la cortina. “¿Cuánto es?”. “Pelvis completa y tira de cola, $21”.



(Texto narrativo a partir de memoria de un espacio.)

1 comentario:

Celia Güichal dijo...

Bna reconstrucción de una escena muy femenina
saludos,
Celia